T.S.U Ana María Mendoza FernándezCorreo Electrónico llagazzi@yahoo.com
La literatura infantil, si bien había nacido libre, como el folklore, como el arte oral, con el pasar de los siglos se convirtió en una propiedad de la pegadagogía, en un instrumento más de la escuela; por éso no puede quedarse en una mera información, o en un despliegue de expresiones y conceptualizaciones verbales de una teoría literaria, la cual es importante, pero no suficiente para la literatura infantil. Hay que tener presente que el centro de ella es el niño; con sus inquietudes y curiosidades e imaginación. El maestro tiene la tarea de elegir para los niños, la composición bien hecha y afinada, el poema genuino y no la imitación de rima “trunca o ripiosa”.
En el preescolar se utiliza la poesía de forma importante y apropiada para acercar al niño a su realidad, familiarizarlo con el ambiente, hacer nacer en él, el sentimiento de cariño y aprecio por los demás. Los educadores deben valerse del texto poético venezolano, que hablará a nuestros niños en su lenguaje, lo acercará a los grandes valores y a las pequeñas cosas que forman nuestro mundo auténtico.
La vida de la literatura infantil ha sido larga y llena de peripecias y de contradicciones, a pesar de que existía el fenómeno de las canciones de cuna, los trabalenguas, las rondas infantiles, que van a estar presentes y de forma grata para divertir, hacer reír y jugar, el niño en su aprendizaje alimenta su imaginación con los sonidos y ritmos. Con esta facilita en el niño, el desarrollo de la motricidad gruesa y fina, expresión corporal y su orientación espacio-temporal de equilibrio, además de enseñarle a compartir con los demás compañeros y a expresar sus auténticos sentimientos y emociones.
La literatura infantil constituye un campo específico dentro de la literatura general, abarca un conjunto de mensajes orales y escritos; tiene proporciones y proyecciones vastas y profundas, tanto en las manifestaciones orales como escritas. La poesía bien utilizada, es el arte que parece tener mayor convergencia con la infancia y muestra de ello son los poemas de Gladys Revilla Pérez (Mis Siete Cuentos), Susana Hernández de Díaz (El Jazminero y los Pajaritos), Conchita Osio Sarmiento (Ronda Escolar), Máximo Salazar Carchidio (La Flauta Rota), Ana Teresa Hernández (Los Creyones), Antonia Palacios (Ana Isabel una Niña Decente), Teresa de la Parra (Memorias de Mama Blanca), Gabriel García Márquez (El Relato de un Naufrago), Antoine de Saint Exupery (El Principito) entre otros.
domingo, agosto 12, 2007
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario