Por: Roccie C. Luna*
He aquí una frase críptica y entiendo que determinante, pero con toda posibilidad de interpretación abierta porque a menudo representa un profundo dilema. El saber muchas veces requiere de conocimientos acumulativos para justificar ciertas acciones y procedimientos en determinadas áreas del quehacer humano pero no siempre tiene que ser así. Existe otro saber, ese que se digiere a través de la reflexión continua y puede enriquecer nuestras almas con una comprensión generalizada de las cosas.
Podemos ser profesionales ampliamente reconocidos por el conocimiento acumulativo que poseemos y por las destrezas que hemos desarrollado producto de la experiencia, sin embargo, aún así cabe preguntarse: ¿somos cultos?, ¿poseemos un saber digerido? Espero que usted mismo, estimado lector, se obsequie las respuestas.
Con frecuencia estoy tentada a observar personas que se jactan de lo que “saben” mientras lo gritan a los cuatro vientos, no obstante, me conduelo de esos “Sócrates contemporáneos” porque viven ostentando la opulencia de tópicos prestados, cuando en realidad sufren de flojera mental y acumulan más conocimientos de los que pudieron haber digerido en algún momento.
Cuando sólo memorizamos lo que “aprendemos” no desarrollamos sentido crítico, no somos analíticos y mucho menos reflexivos, por el contrario, nos convertimos en verdaderos autómatas, simples repetidores de información e incapaces de cuestionar ideas o planteamientos. Para adquirir un saber digerido debemos hacer de la curiosidad un verdadero método de aprendizaje.
Ahora bien, no estoy en contra del saber acumulativo porque éste ha caracterizado el conocimiento científico y tecnológico predominante en la cultura occidental durante los últimos siglos. Pero sí apelo a la complementariedad de estos dos tipos de saberes. Seamos profesionales cultos, comportémonos como verdaderos críticos, desarrollemos nuestras capacidades para imaginar y ver lo que no se ve en lo obvio por ser obvio, veamos más allá del horizonte, procurando siempre comprender la generalidad de las cosas. Evitemos la indigestión y la ceguera intelectual.**
* Participante de la Licenciatura en Administración Mención Informática de la Universidad Simón Rodríguez, Convenio FIEC-UNESR, Altagracia de Orituco. Facilitadora: Lic. Criseida Ortuño. Curso: Técnicas y Métodos de Estudio.**Enviar comentarios al E-Mail: Roccie_luna@hotmail.com.
viernes, julio 06, 2007
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